AUTOESTIMA: más allá del espejo
A menudo asociamos la autoestima con una cuestión de imagen: cómo te miras al espejo, cómo te vistes, cómo te perciben los demás. Sin embargo, la autoestima real va mucho más allá. Es la forma en que te relacionas contigo misma cuando nadie te ve. Es esa voz interna que escuchas en silencio cuando cometes un error. También es cómo te sostienes en los momentos difíciles, cómo te hablas cuando tienes miedo y cómo te tratas cuando te sientes pequeña o insuficiente.
Hablar de autoestima no es solo hablar de amor propio. Es también hablar de respeto, de límites, de merecimiento, de presencia y de reconocimiento interno.
Personalmente, he podido profundizar en este tema gracias a mi camino profesional y a mi formación con Sílvia Congost. Ella tiene una forma clara y directa de abordar la autoestima: la considera el pilar sobre el que construimos nuestra vida. Y cuando ese pilar falla, todo comienza a tambalearse: las relaciones, las decisiones, la manera en que dejamos que otros nos traten y nuestra capacidad de escucharnos a nosotras mismas.
¿Qué es la autoestima?
Es la opinión que tenemos de nosotras mismas. Pero no es una opinión racional y objetiva: es una percepción emocionalque se forma a partir de nuestra historia, nuestras vivencias y los mensajes que recibimos desde pequeñas.
Tener autoestima no significa creer que haces todo bien. Significa saber que eres valiosa incluso cuando te equivocas. Que mereces amor, aunque estés atravesando un mal momento. Que puedes poner límites sin sentirte culpable. Que tienes derecho a elegirte.
Y eso no siempre es fácil. Muchas veces venimos de entornos donde no nos enseñaron a validarnos, sino a complacer, a callar, a adaptarnos. Y eso deja heridas.
¿Cómo cultivar una autoestima más sólida?
Aquí es donde empieza el trabajo profundo. Desde mi experiencia, y con influencias de voces como Congost, Kristin Neff o Tim Desmond, te comparto algunas claves esenciales:
No podemos amar lo que no conocemos. Como dice Sílvia Congost, el primer paso para reconstruir la autoestima es dejar de vivir desde la mentira o el autoengaño, y empezar a mirarnos de verdad. Sin filtros. Preguntarnos: ¿qué quiero?, ¿qué necesito?, ¿qué me estoy negando?
Cuando hablo de autoestima, no puedo no hablar de autocompasión. Porque amarte no es un estado final que alcanzas, sino un compromiso diario de tratarte con amabilidad.
El trabajo de Kristin Neff y Tim Desmond me ha ayudado a comprender que no se puede construir una autoestima sólida desde la crítica constante. No puedes crecer desde la voz que te daña. Necesitas una voz nueva. Una voz que entienda tu dolor y que te acompañe. Una voz que diga: “Estoy aquí contigo, aunque hoy no te sientas fuerte.”
Una de las formas más claras de evaluar tu autoestima es observar qué límites pones y cómo permites que te traten. Cuando no nos queremos lo suficiente, solemos tolerar situaciones que nos hacen daño. Nos cuesta decir que no, sufrimos por agradar, nos culpamos por priorizarnos. Pero cada límite que pones desde el respeto no solo te protege: te valida y te dignifica.
Una de las cosas que más me marcó en el trabajo con Congost fue comprender que no podemos dejar nuestro valor en manos de los demás. La autoestima no depende de si alguien te elige, te valida o te necesita. Es una responsabilidad propia.
Y sí, a veces eso duele. Pero también es profundamente liberador. Porque deja de ser frágil. Deja de romperse con cada rechazo.
Muchas heridas de autoestima tienen raíces profundas: entornos donde no había reconocimiento, vivencias de rechazo, familias donde no te sentiste segura. Eso puede dejar huella. Pero no es una condena.
Cuando miras esas partes con compasión, cuando las abrazas, comienza la reparación. Y en ese proceso, poder hacerlo acompañada puede ser transformador. Porque hay caminos que, aunque personales, no tienen por qué recorrerse en soledad.
La relación más importante: la que tienes contigo misma
Hablar de autoestima no es hablar de orgullo, ego ni narcisismo. Es hablar de la relación más importante de tu vida: la que tienes contigo misma.
Este no es un camino que se recorra en un solo día. Pero cada paso, por pequeño que sea, cuenta. Cada vez que te miras con ternura. Cada vez que eliges no juzgarte tan duramente. Cada vez que te escuchas y te honras, estás fortaleciendo tu base interna.
¿Quieres comenzar este camino acompañada?
Si este texto ha resonado contigo, es posible que ya estés dando los primeros pasos. Y si lo necesitas, aquí estoy para acompañarte.
Reserva tu primera sesión conmigo
Descubre más sobre mi enfoque terapéutico
Puedes quererte mejor. Puedes sentirte mejor. Y puedes hacerlo de una manera profunda, respetuosa y real.
¿Qué es exactamente la autoestima?
La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos.
Incluye cómo nos vemos, cómo nos sentimos con quienes somos y cómo nos hablamos internamente. Una autoestima saludable nos ayuda a afrontar retos, establecer límites sanos y cuidarnos mejor, tanto emocional como físicamente.
¿Es normal tener días con baja autoestima?
Sí, es totalmente normal.
Todos pasamos por momentos en los que nos sentimos inseguros, insuficientes o desanimados. Lo importante es no quedarse atrapado en esos pensamientos y aprender a identificarlos y gestionarlos con amabilidad hacia uno mismo.
¿Cómo puedo mejorar mi autoestima?
Con pequeños pasos constantes.
Algunas acciones útiles son: reconocer tus logros (incluso los más pequeños), cuidar tu diálogo interno, rodearte de personas que te respeten, poner límites y practicar el autocuidado. También puede ser muy útil el apoyo profesional si te sientes bloqueado/a.
¿Cuál es la diferencia entre autoestima y ego?
La autoestima es aceptarse, el ego es querer demostrar.
La autoestima parte del reconocimiento interno del propio valor, sin necesidad de compararse. En cambio, el ego puede llevarnos a buscar validación constante o a sentirnos superiores o inferiores según el contexto. Una autoestima fuerte no necesita competir, solo ser.