Duelo
El duelo es cualquier daño en los recursos personales, materiales o simbólico con los que hemos establecido un vínculo emocional. (Harvey y Weber, 1998)
El duelo es una pérdida, una fractura de la realidad. Y es precisamente esta realidad la que nos permitirá irnos adaptando a la pérdida.
Sintomatología asociada al duelo
Cuando atravesamos un duelo podemos tener un sinfín de respuestas distintas.
Es importante remarcar que todas ellas son funcionales y adaptativas ya que, desde la incomodidad de vivirlas (no suelen ser agradables) podemos considerar que estamos perdiendo la cabeza. Y nada más lejos de la realidad porque sirven para adaptarnos a esta nueva situación que vivimos.
Podemos tener respuestas físicas como el agotamiento, insomnio, pérdida de apetito, dolor de cabeza…; respuestas emocionales (como la tristeza, miedo, culpa, rabia, soledad, ansiedad, deseos de venganza…); respuestas mentales (confusión, incapacidad para concentrarse, pensamientos obsesivos…) o respuestas conductuales (apatía, desgana, hiperactividad, aislamiento, soñar con la persona fallecida…).
Fases
El duelo se ha comparado frecuentemente con un viaje transmitiendo la idea de que entramos en el en un punto determinado, atravesamos un territorio desolado, y en algún momento, con suerte, volveremos al punto de partida.
Desde el punto de vista del modelo de construcción de significados, el viaje del duelo es distinto. La pérdida nos obligará a explorar un mundo nuevo, que será doloroso al principio y del cual nunca volveremos completamente ya que, nos habremos ido construyendo con el duelo.
Hablar de las “etapas” de un duelo puede inducir a error. Parece que las personas que sufren una pérdida se vean empujados a una experiencia que deben superar, pero sobre la que casi no tienen ningún control. O que se vean obligados a pasar por una serie de acontecimientos y experiencias que siguen una secuencia inevitable y que tampoco pueden escoger.
Entonces, se suele dar por supuesto que, el tiempo cura las heridas. Sim embargo, los últimos estudios dicen que el tiempo no es suficiente para integrar un duelo.
En el duelo somos seres activos, que tienen el poder de escoger su camino, de tomar decisiones. La tarea fundamental será de volver a aprender como es el mundo. Un mundo que la pérdida ha transformado para siempre.
Terapia y acompañamiento profesional
Papel del psicólogo en el proceso de duelo
Los profesionales de la psicología desempeñan un papel fundamental en el apoyo durante el duelo.
La tristeza, la emoción que suele estar más presente en el proceso de duelo, tiene la función de buscar ayuda, apoyo y empatía por parte de los demás.
La psicoterapia puede ayudar a acompañar este proceso, a gestionar las emociones que participan en él, a reorganizar y a reconstruir de nuevo la vida, después del suceso.